miércoles, 22 de mayo de 2019

FAMILIA, SOCIALIZACION Y NUEVA PATERNIDAD


Durante mediados del siglo XX la forma de familia que dominaba los continentes de países industrialmente desarrollados, que era considerada como “modelo y culminación de la familia Moderna” (Parsons, 1956), fue cada vez más cuestionada por las incongruencias encontradas entre el modelo conceptual y la realidad social de esos países. La familia nuclear clásica, con su división de trabajo por género, funciones y estructura jerárquica de poder, representa hoy día solo una pequeña minoría de familias en países industrializados. Las mujeres ya no se limitan a ser esposas y madres y a dedicarse exclusivamente al hogar. La mayoría se ven forzadas a asumir responsabilidades económicas, que las lleva a trabajar fuera del hogar. Los hombres se ven obligados a apoyar a sus esposas, a aprender destrezas nuevas y a disfrutar de nuevas satisfacciones, expandiendo sus roles más allá del hecho de ser proveedores y disciplinadores. Todo esto tiene implicaciones para la socialización de las nuevas generaciones al crear demandas e identidades nuevas.

CONCEPCIONES DIVERSAS DE LA FAMILIA

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Las razones de la multiplicidad de nociones de familia se deben a su carácter dinámico: la familia cambia constantemente a medida que avanza en su ciclo vital, sus miembros crecen, maduran, la abandonan y envejecen. Con ello cambian las necesidades, intereses, tipos de apoyo y cuidado que requieren. Los papeles se modifican continuamente, dejando de ser ‘proveedores’ de sustento y servicios familiares a los niños, niñas y jóvenes, para convertirse finalmente en ancianos y enfermos que requieren apoyos y cuidado.
Es por esto que algunos estudiosos sugieren conceptualizar el término familia como un ‘proceso’ dinámico que provee el sostén necesario para las ‘vivencias humanas’ (human livelihood), para que los procesos de reproducción humana y social (nacimiento, crecimiento, socialización, maduración, envejecimiento, etc) se desarrollen normalmente, y para que las actividades que se dan en el grupo familiar sean vistas como ‘prácticas’ de sus diferentes integrantes (Coontz, 1987; Cebotarev, 2001).

TRANSFORMACIONES DE LA FAMILIA

En el siglo XIX, el padre seguía siendo la autoridad moral en la familia. Era el único responsable por la conducta de su mujer y de los hijos, pero la influencia de la mujer comienza a aumentar. Los hijos le siguen debiendo trabajo y obediencia al padre.
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A mediados del siglo XIXesto comienza a cambiar. Ocurren muchas transformaciones sociales y económicas en la sociedad con la creación de instituciones educativas y de salud, y con la extensión del mercado, el comercio y las industrias. Los hijos, en lugar de quedarse a trabajar en la empresa familiar, deben asistir a la escuela o salir del hogar como aprendices u obreros a trabajar en las incipientes industrias del Norte (Coontz, 1988).
A medida que las actividades económicas se van alejando del hogar, los papeles del padre se van reduciendo a los de proveedor y disciplinador, temido y distante, y los de la madre se afianzan y asumen mayor trascendencia moral, socializante y afectiva en la familia. Esa tendencia culmina con el “culto a la domesticidad” de la mujer casada, limitando su actuación al hogar. También se ‘feminiza’ la educación con el reemplazo de maestros varones por maestras mujeres en las escuelas públicas (Mintz & Kellogg, 1988, Rotundo, 1989).
La idea de la familia como “compañerismo de la pareja” (companionate marriage), aunque tuvo su origen a comienzos del siglo XX, sólo va tomando auge a mediados de ese siglo. Este modelo de familia pretende disminuir la jerarquía familiar y crear relaciones más igualitarias entre los cónyuges y también entre padres e hijos.

LA RECIENTE TRANSFORMACIÓN DE ROLES FAMILIARES Y DE IDENTIDAD DE GENERO

Resultado de imagen para padre cargando a su hijo Hasta mediados de los años 90 se le prestaba escasa atención a la participación del padre en el cuidado y educación de los hijos pequeños. Esto se consideraba tarea ‘natural’ materna, y la mayoría de los estudios de socialización y cuidado físico de los hijos se enfocaban a la diada madre-hijo o a los roles maternos en la familia. Esto ha cambiado y ahora existen muchos estudios que documentan la participación de padres en el cuidado de infantes y que demuestran que estos pueden desarrollar prácticas de cuidado tan tiernas y buenas como las de las madres. Además ofrece a los hijos una gama más amplia de relaciones y conductas, ya que los padres interactúan con los hijos en forma diferente a las madres. Los hijos que tuvieron la oportunidad de ser cuidados también por los padres demuestran comportamientos positivos: los varones tienden a ser más responsables y considerados, y las niñas crecen más independientes, seguras de sí mismas y sociables, que las que fueron criadas sólo por la madre.
El ‘nuevo padre’ asiste al nacimiento de sus hijos. Desde el comienzo participa activamente, al igual que la madre, en los cuidados físicos y sicosociales de los hijos. Está involucrado en las actividades cotidianas en el hogar: alimenta a sus hijos, los baña y viste, los consuela cuando lloran y los cuida cuando están enfermos. El ‘nuevo padre’ trata de compartir todas las actividades ‘maternas’ y dedica igual tiempo a los hijos varones como a las niñas, mientras que la mujer asume la responsabilidad económica parcial (a veces total) del sustento de la familia (Pleck, 1987:92-94; Coltrane, 1996).

LA PARENTALIDAD

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El enfoque de la “Parentalidad” es relativamente nuevo; surgió en la última década del siglo pasado. Se refiere a las actividades desarrolladas tanto por la madre como por el padre en el proceso de cuidar, socializar, atender y educar a los hijos e hijas. Es un proceso biológico y sicosocial (Bornstein, 1995).
Las tareas de la ‘Parentalidad’ se caracterizan por tener que responder tanto a los cambios en el desarrollo de los hijos y las hijas, como también a las demandas cambiantes del ciclo vital de las familias y del contexto social. Se considera que es crucial que los padres (madre y padre) sean firmes en la supervisión de los adolescentes y las adolescentes, pero con flexibilidad y comprensión, con alta capacidad de respuesta frente a los problemas y necesidades de desarrollo de los hijos y sin actuar en forma arbitraria e inconsistente (Holmbeck, et al. 1995).
Resultado de imagen para como castigar a los hijosEl control rígido, autoritario, impositivo y punitivo (particularmente en el uso del castigo físico) tiende a estar asociado con comportamientos antisociales y problemáticos entre los adolescentes. El castigo físico parece tener efectos positivos en adolescentes con pocos problemas de conducta, pero tiene el efecto inverso en los de conducta antisocial. Aquí más bien se acentúa la ansiedad, los problemas afectivos, la falta de madurez y las conductas antisociales en esos adolescentes.
El control estricto, consistente y firme tiene efectos positivos si está acompañado por un intercambio cálido y abierto que da explicaciones y razones para las reglas de la familia. Esto tiende a legitimar las demandas parentales e indica que las reglas no son arbitrarias. Si no va acompañado por estas condiciones, este tipo de control puede tener los mismos efectos que el control coercitivo.

CONCLUSIONES


A través de la historia, la familia ha demostrado una gran variedad de formas y de significados. También ha requerido flexibilidad y evolución en roles parentales a través de su paso por el ciclo vital y el crecimiento y maduración de los hijos.
Lo que sabemos de familia sugiere que tanto los roles de los padres como de las madres son construidos culturalmente y que pueden facilitar o limitar el crecimiento y formación integral de los hijos.
Independientemente de su forma o estructura, la familia cumple un papel indispensable tanto en el sobrevivir individual como en la continuidad de la sociedad. La evidencia indica que tal vez las características más importantes en la socialización de las nuevas generaciones, son los estilos que los miembros de la familia adoptan en el cumplimiento de las tareas socializantes, sobre todo en la transición de la niñez a la adolescencia y de ésta a la adultez.

http://www.scielo.org.co/pdf/rlcs/v1n2/v1n2a03.pdf


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